En este trabajo terapéutico, los problemas
cotidianos no tienen importancia. Muchos comportamientos actuales de una
persona no son explicables desde su situación actual, sino que se remontan a
distintos sucesos en su familia de origen, es decir a vivencias de sus padres o
antepasados más lejanos. Bert Hellinger ha descubierto en muchos años de trabajo
terapéutico, las leyes según las cuales se desarrollan identificaciones e implicaciones
trágicas entre los miembros de una familia, leyes que define como Ordenes del
Amor.
Las constelaciones familiares revelan los
enredos familiares inconscientes a los que una persona que consulta se halla
sujeta. Esto permite restableciendo los Ordenes del Amor encontrar caminos para
liberarse de los enredos y configurar una imagen de solución, que libera
fuerzas curativas que raras veces se experimentan en psicoterapia con semejante
intensidad.
Este trabajo terapéutico no requiere la
presencia de toda la familia. Se trata de una terapia individual que se realiza
en un grupo de pacientes y terapeutas interesados. Una persona que quiera
configurar una constelación en relación a una cuestión determinada,
primeramente refiere su intención.
A continuación elige entre los presentes
representantes para aquellas personas que integran su sistema familiar actual o
de origen, incluyendo un representante para sí misma. Luego las posiciona según
su imagen interior en un lugar determinado sin hacer comentarios. Este proceso
se realiza de una manera centrada y silenciosa. A continuación la persona que
consulta se sienta y observa el proceso.
El terapeuta comienza a preguntar a los
representantes por sus sensaciones y sentimientos en sus posiciones concretas.
En este caso lo único importante es la percepción que alguien tiene en el lugar
que se le asigna. No se trata de representar un papel ni de reinterpretar una
situación. Esta percepción y el conocimiento profundo de las dinámicas del
sistema guían al terapeuta. A través de varios pasos intermedios, como el uso
de frases curativas o ritos del lenguaje corporal, el terapeuta forma una
imagen de solución en la que todos reciben el lugar correspondiente.
Se eliminan así los desórdenes e implicaciones
sistémicas. La necesidad de vinculación y pertenencia, el equilibrio entre dar
y tomar y el orden dentro del sistema son los factores claves. A veces la
persona interesada se integra en el proceso de solución, a veces sólo se queda
observando. Este trabajo alcanza las profundidades del alma y requiere la
cooperación atenta de todo el grupo. Este nuevo ordenamiento permite que vuelva
a fluir el amor en el sistema familiar, poniendo en evidencia así el poder del
amor y las fuerzas que gobiernan los vínculos en la familia.
Estos talleres
están dirigidos a aquellas personas interesadas en trabajar con asuntos
problemáticos de su vida, de su familia o pareja. Aquellas personas que
padezcan enfermedades graves, que hayan sufrido repetidas experiencias de
infortunio o deseen enfrentar los hechos irremediables de su historia familiar.
"Muchas cosas se dan por si solas
si uno confía en el Alma"
Bert Hellinger
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